Pintaron cuadros en blanco y negro
sin sopesar la orografía que un viejo
y arrugado calendario había dejado.
Días amorfos,
viciados por sus apáticas ocho horas.
En las que,
agotamiento, sudor y desgaste
esquían por sus mejillas
…sin entender por qué la vida es así.
Elefante y poeta,
se desplegaron en el mundo de fantasía
y con la nostalgia a cuestas
se cubrieron de lluvia
para confundirse tras ésta.
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