Pages

martes, 3 de julio de 2012

Se Acabó. (Materialismo Reductivo)





“Quiero la tierra donde vivo,
pero también la tierra que no he conocido.
Quiero a las personas que quiero,
pero espero conocer muchas más a lo largo del camino.
Mi territorio es donde ponga mis pies.”
(La Gran Orquesta Republicana)

Habíamos grabado en el barro nuestro afecto, en cada segundo y a cada paso, anduvimos universos y cada cual lo vivimos más diáfanos. Compartimos juntos los mayores secretos; insólitos fueron los caminos que nos llevaron a sitios difíciles de imaginar, como en el Vignemale después de siete horas pateando montaña, hasta la cumbre,  hasta el hotel de las tres mil estrellas, el raso, donde pasamos mil y dos noches con los pies al aire, el frío del agosto es excitante y tentador, por eso allí, con la primera luz de la luna, buscando calor, te metí los dedos y tú me hiciste cosquillas. En la cordillera, durante el camino de vuelta, pisando los neveros y los suelos más ásperos, noté que estábamos hechos el uno para el otro. Tu y yo coincidíamos tan bien…
Habíamos recorrido miles de Kilómetros juntos, veranos, inviernos, otoños y primaveras; éramos tal para cual y a tu lado nunca temí a los terrenos más duros. Te mimé, te cuidé y acaricié con ardor, una y otra vez tu piel, si se mojaba yo te la secaba, si caías yo te levantaba. Hoy todo ha cambiado, atrás quedaron las travesías juntos, los bailes en los charcos o las caminatas en las manis.
Hoy ya nada será como antes, o sí…
Porque hoy hemos terminado y me he vuelto a quitar un peso de encima. No, no ha sido la rutina, pues nunca la hemos conocido, no han sido tampoco los conflictos, pues ya he dicho que siempre encajamos muy bien aunque a veces me apretaras, pero eso fue al principio de nuestra relación.
 Pero tampoco ha habido una razón, sino varias;
la suela gastada, el cuero agujereado, la membrana interna ha dejado de impermeabilizar, los cambriones estaban pidiendo a gritos una jubilación, no a los sesenta y siete, y dieron mucho de sí pero lo bueno dura poco aunque estos ocho años hayan sido muy intensos porque han dado para mucho…
ME HE DESHECHO DE MIS VIEJAS BOTAS, sí. Hoy ellas y yo hemos terminado, lo hemos dejado para siempre, definitivamente. Hace años que las chorradas egoístas dejaron de hacerme efecto, pero en mi caso siento más aflicción por mis viejas botas, que lo que, en años, haya podido sentir por humanos farsantes o mentirosos, esos de dos o más caras que muy contrario a lo que ellos puedan creer,  nunca me han llegado a conocer.
Agur lagunak, beti gogoan!
Y por de pronto, como ahora tengo un rato para mi solo, pongo un disco de EL CORAZÓN DEL SAPO, me tumbo mirando mis pies desnudos y me abandono a las voces de la nada, recordando que el yo no existe, que el yo es de ellos, de los que odian, destruyen y claudican,
mientras como pipas, pienso en como serán las siguientes botas que nunca tendré, me dicen;
No dejes de sonreír.
No calles.
Ja, je, ji, jo, juuuu!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario