“Pronto
muy pronto,
mañana
¡quizás!
Son
horas que cuento
y
que han de pasar.”
(Vivencias
en rimas de un prisionero en cautiverio
en
campos de concentración
y batallones de trabajadores.
3/09/1939)
La nostalgia del
sentir
la belleza de
despertar;
un despertar de los
muertos forzados,
el de los pobres,
los nadie de Galeano
y
los muertos de
hambre.
Oblicuos lamentos
son los que manan
en la tierra de
nadie,
y en la tierra de
todos;
el osario de los
fusilados,
donde nacieron viudas,
donde crecieron
huérfanos
y donde se perdió la
memoria
entre miedos y
sollozos.
Cae sobre mí
como una fría caricia
la tierra abierta
entregando huesos.
Cae con tanta fuerza,
fría y desnuda
que clava al suelo
las lágrimas del
pueblo
que entre cunetas y
exilio
vio un día
perderse a sus hijos
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