“Fiel como las estrellas,
que detienen su brillante ocupación;
rauda como cuando en la casa nueva del Génesis
las encendí yo…” (Emily Elizabeth Dickinson 1830-1886)
La joven dulce y desnuda
sucumbe al sueño de los lienzos,
entre alfeñiques marcos de cartón piedra.
en las últimas hojas del almanaque.
Como si el tiempo intuyera tras un velo
que Aquella que con su fuego pintó lo
externo,
trazó un camino que lleva a la eternidad;
a donde viven los cipreses rojos,
movidos por las manos suaves de Aquella otra joven dulce
y desnuda.
Y Aquellas que convirtiéndose en polvo
se diluyeron entre las estrellas.
Duermen en su Luna,
para satisfacer el voraz apetito del desconsuelo,
por las ausencias, en el silencio de las noches.
…a pesar de todo, en
las noches de verano en tierra de la amargura, los grillos cantan y
cantan siempre a dos estrellas,
cantan y cantan siempre
a dos estrellas, cantan y cantan siempre a dos estrellas, cantan y
cantan siempre a dos estrellas, cantan y cantan siempre a dos estrellas, cantan y
cantan siempre a dos estrellas, cantan y cantan siempre
a dos estrellas, cantan y cantan siempre a dos estrellas, cantan y cantan
siempre a dos estrellas, cantan y cantan siempre a dos estrellas…
Hola, te he nominado al premio Liebster Award, más información aquí:
ResponderEliminarhttp://losrelatosdepatri.blogspot.com.es/2013/09/premio-liebster-award.html
Hola Patri. Voy a echar un vistazo.
EliminarUn abrazo y gracias por tenerme en cuenta.