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miércoles, 18 de noviembre de 2015

El Juicio.














                                     Multinacional del calzado de lujo en Financial District, Manhattan. Once de Noviembre de dos mil quince.
PRESENTE………………………………………………
Cuatro vehículos oscuros de alta gama y con cristales tintados aparcan alineados con una milimétrica precisión unos de otros. De cada coche bajan cuatro tipos, serios, cada cual más crecido; gorilas bajo gabardinas oscuras, guantes negros y enlutadas gafas de sol. Ninguno tiene pelo excepto uno que porta una larga melena recogida en una coleta. Se trata de un tipo alto, huele a perfume caro y viste elegantemente un informal traje de alta costura Brunello Cucinelli. Ha sido el último en salir del tercer coche en el que sendos gorilas le abren la puerta a la vez que cubren sus espaldas.
El ascensor sube hasta la planta 156.
Decido sorprenderlo en su despacho. Mis gorilas se encargan de que la recepcionista pase a mejor vida y no nos moleste. Entro escupiendo al suelo de marfil.
PASADO Y PRESENTE…………………………………………………………
Sí, Peter Louboutin se encontró aquella mañana con el mismísimo diablo en persona, abro el mueble bar sonriendo pícaramente ante su atónita mirada y me sirvo un vaso del más exclusivo whisky que veo entre las botellas, The Macallan Cire Perdue de Lalique de sesenta y cinco años. Cuatro de mis matones acompañan aquel espléndido momento.
—Querido amigo, lo ha oído bien; mi nombre es Johnny, Johnny Melabo. Y por lo que deduzco es usted Christian Louboutin el propietario de este antro—. Así que el señor no fabrica botas tribaleras, ¿no es así? ¿Acaso tiene algo contra los mexicanos? Sus empresas también explotan mexicanos, ¿cierto señor Louboutin?—
La cara de aquel maldito hijo de perra rebosa terror, a su secretaria no le salen las palabras y eso me excita tanto que hasta llego a tener una erección pero en un momento el muy bastardo tiene la negligente idea de intentar pulsar el timbre de alarma. Por eso termina la conversación y cae accidentalmente desde la ventana de aquel maldito rascacielos ante la atónita mirada de su secretaria de la que me despido con un guiño.
—Sangre por sangre. Arranca y vámonos de aquí—, exclamo mientras miro por la ventanilla del vehículo la posición antinatural que ha quedado el cadáver de aquel maldito bastardo. Sonrío, en aquel momento siento la necesidad de reír a carcajada limpia;
—Jajajajajajajajaja!!! Jajajajajajajajaja!! Jajajajajajaja!!—
Los coches cortan el aire con naturalidad uno tras otro y en fila hasta perderse por las avenidas de Manhattan, atrás dos vidas han pasado a mejor vida; bravo, bravo, bravo. Beethoven suena en el vehículo que me lleva hasta mi mansión.
Esta misma noche me reuniré con una anfitriona muy especial, la famosa diseñadora de moda Stevia Romalsky hija de un traficante de armas ruso al que tuve que amputar varios dedos de las manos para dejarle claro quién manda aquí.
PASADO………………………………………………………………
Durante todo el día se mantuvo a base de cocaína y whisky caro, Stevia Romalsky era muy explícita en todo, por eso me eligió a mí y a mis trabajos. Disponía de Jet privado, una exuberante colección de vehículos de alta gama y varias mansiones repartidas por medio mundo.
Durante la cena charlamos del gran día. Así denominábamos al atraco que pretendíamos perpetrar a los tres meses sus chicos y los míos unidos en lo que iba a ser el mayor atraco de la historia, sí, el gran día, enfaticé. Stevia también me informó sobre mi paternidad, estaba embarazada. Yo simulando tenerlo todo bajo control comencé a reír, la abracé, la besé y mordisqueé su oreja, sabía que eso la excitaba. Quitándonos mutuamente la ropa llegamos, entre caricias, besos y gemidos hasta el sofá, allí desnudo se abalanzó sobre mí y fui bajando su cabeza hasta llegar con ella a mis partes, cerré los ojos y me dejé llevar por su ternura y fue entonces cuando sentí un dolor frío y el calor de mi sangre bañando mi cuerpo desnudo. Traté de gritar pero no pude, aquella malnacida había puesto alguna droga en mi champagne y antes de desmayarme la oí decir;
—Esto por lo que le hiciste a mi padre, cerdo bastardo. Sangre por sangre—.
PRESENTE………………………………………………………………….
 —Así es Señoría, mi cliente jura que todo lo dicho es verdad. Así que proceda a ejecutar su veredicto—. 

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"El Juicio" se trata de otro ejercicio literario que nos hemos marcado el grupo Insectos Comunes en el que las reglas de dar vida a un villano eran las siguientes:
1. El villano debe ser:
a. Carismático: Joker, Vader y Jack el guapo son villanos muy conocidos en sus característicos campos. Todos ellos son carismáticos no solo ante sus secuaces, también ante el público y esta relación amor odio hace funcionar muy bien el trabajo narrativo.
b. Maligno: Nada de antihéroes, dobles agentes, conspiradores benéficos ni incomprendidos. Nada de medias tintas, solo maldad pura.
2. El texto:
a. Se narra desde el punto de vista del villano.
b. Duración de 400 a 1000 palabras
c. Sucede en un punto antes del desenlace de una historia principal.
3. La publicación
a. Presentamos los textos el 15/11/2015
b. Cada uno de ellos se someterá a votación; si la mayoría aprueba se publicará el 30 de noviembre. Si la mayoría lo rechaza, se debe comenzar de nuevo.
c. Solo se tienen dos días para votar el texto, los que lleguen tarde no pueden opinar.
 

viernes, 13 de noviembre de 2015

Basura espacial.

 La cápsula de contingencia amerizó en pleno Atlántico. Ocho meses después de perder toda comunicación con la tierra las posibilidades de encontrar a la tripulación con vida eran mínimas. Las cápsulas de contingencia se utilizan únicamente en casos de extrema amenaza o peligro sobre la integridad física de la tripulación, entonces se da por hecho que la misión queda abortada.
Dentro sólo había un tripulante; Jason. Se encontraba deshidratado y en estado de shock por lo que inmediatamente fue tratado con fármacos vasoactivos pero a las pocas horas entró en un coma profundo y a los seis días volvió en sí completamente ido, hablaba de rayos gamma, de extraños seres con antenas y lengua bífida que habían secuestrado al resto de la tripulación y creía firmemente estar hablando telepáticamente con ellos. Por las noches, Jason, no paraba de golpear con su cabeza la pared mientras gritaba enajenado o tan pronto hablaba con Nabokou, Justine, Stratham o la Teniente Norimaki. Sobre su situación; decía creer que había perdido completamente la cabeza, incluso tenía que estar moderadamente sedado y en una habitación de paredes acolchadas en la que imperaba un eterno silencio y a tres metros del suelo se distinguía un alargado cristal opaco, bajo dos pequeños altavoces situados en ambas esquinas, en el que tras él observaban y estudiaban día y noche al sujeto.
— ¿Qué más recuerda señor Jason?— Preguntó fascinado mediante la megafonía de la habitación el Doctor Paterson, uno de los científicos secretos más prestigiosos del país, mientras escribía sobre el papel anotando todos y cada uno de los detalles que el Cabo decía recordar.
— Los postes, los postes disparan rayos gamma y sólo los cíclopes pueden luchar contra ellos y tienen tres ojos, dos antenas sobre la cabeza, son altos, muy altos y…—.
El Coronel Steven se encontraba al otro lado del cristal junto al Doctor Paterson mostrándose escéptico ante los informes que estaba leyendo y lo que escuchaba, estiró su brazo hacia la mesa de control y desconectó los altavoces.
—Está como una auténtica regadera, no ha podido desaparecer así porque sí el resto de la tripulación. Tengo a toda la prensa esperando ahí afuera una respuesta y al Jefe de Estado Mayor esperando un informe creíble—, dijo el Coronel enfurecido.
—Cabe la certeza de que todo lo que dice sea invención suya derivada de la presión psicológica debido a la soledad del espacio pero dadas las evidencias y pruebas secretas que disponemos sobre la existencia de vida extraterrestre, juraría, Coronel, que es cien por cien probable que todo esto sea cierto. Así que salga ahí fuera, haga lo que tenga que hacer y déjeme hacer mi trabajo.
— ¿Y dice usted Doctor que Jason tiene alojado en su cerebro una especie de chip?—, exclamó extrañado el Coronel Steven.
— Todavía no sabemos de qué se trata, señor. Pero localizado el mismo en una zona tan vital del cerebro como es entre la zona motora primaria y la somestésica todo cabe indicar que no hay forma humana tan precisa como para alojar lo que quiera que sea esa cosa. Jason no
tiene ni una sola cicatriz en su cabeza—. Hubo un momento de silencio. Ambos se miraron y el Coronel Steven apretó los dientes y se frotó su alargada cara con una de sus manos.
—M I E R D A, M I E R D A, M I E R D A —.El Coronel tomó su petaca, estaba sudando y tenía la boca tan seca y pastosa que la comisura de sus labios era completamente blanca, dio dos tragos se relamió y ofreció de beber al Doctor.
—No gracias, Coronel. No bebo trabajando y ahora si me disculpa, desearía continuar con mi trabajo.
Jason continúa conversando con el resto de la tripulación aislado en su habitación acolchada. El Coronel abandona la estancia.
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— Como ya saben ustedes la tierra es un planeta que se encuentra en el sistema solar, calculamos que aproximadamente hay unos siete mil millones de terrícolas en él y son tan estólidos que se matan entre ellos para gozar de una serie de privilegios sobre el resto—, Explicaba Yuma, el monitor de la mayor reserva especista de Marte, ante un dilatado número de marcianos altos, con dos antenas y tres ojos, los Ruyers.
—A su derecha podrán contemplar dos ejemplares machos y dos ejemplares de hembras terrícolas a los que se les ha implantado un microsensor Saity 2.0, el quinto ejemplar, otro macho, fue liberado con Saity 2.3 en su cerebro, con ello estamos en continuo seguimiento y él a su vez junto a los cuatro ejemplares que tienen ante ustedes creemos que llegarán algún día a dominar las ondas telepáticas que les proporcionan los microsensores llegando a comunicarse entre ellos y a su vez, con nosotros. Y más de uno de ustedes se preguntará ¿para qué queremos que se comuniquen?, muy sencillo;sería una forma de entablar relaciones directas con terrícolas pero no con terrícolas cualquiera como hasta ahora, no. Estamos hablando de los que dominan la ciencia; científicos, investigadores y sabios. No, no son los dueños de la tierra, lo sabemos, pero trabajan para ellos y nos llevarán hasta donde quieran que estén y los mataremos— Explicó Yuma al grupo de unos 20 Ruyers que habían ido a visitar el Centro Especista, una especie de zoológico en la que se encerraban a centenares de especies de diferentes planetas cada una de ellas en enormes burbujas de ecosistemas idénticos a los de su hábitat.
Así que el Coronel Stratham se emparejó con la piloto Justine Flauvert, la Teniente Norimaki con el Oficial Nabokou. Todo era muy romántico, gozaban de la tranquilidad de una isla con palmeras, había monos, agua potable y un mar con fauna marina que abarcaba hasta las paredes de la burbuja, un ecosistema propio en el que la vida era idénticamente igual a la de la tierra, aquel planeta que poco echaban en falta. El Cabo Jason acabó sus días recluido en un lugar secreto bebiendo sus propios orines y hablando en soledad.
La noticia de la explosión de la nave con la consiguiente muerte de los cinco tripulantes corrió como la pólvora por todo el mundo e incluso se hicieron funerales de estado en EEUU a la tripulación.
A los tres meses sólo los familiares y amigos de los 5 astronautas se acordaban de ellos.
Las cosas ya no son como son, son como las dice la televisión.
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Este relato es otro reto del grupo literario Insectos comunes en el que yo debía de tener una cita a ciegas con otr@ miembro del grupo. En mi caso, la cita me tocó con Benjamín Recacha y este es su relato: "Los crueles postes rojos".