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martes, 15 de marzo de 2016

Amanecer normando y dos vegetales más.




Amanecer normando (Por Laratagris)

Segunda parte:

Dos vegetales más. (Por Manu LF)

El Doctor se echó las manos a la cabeza y comunicó a sus alumnos el fracaso del experimento. Se le notaba cansado, sobretodo decepcionado y éstos procedieron a ordenar aquel desorden. Habían sido dos meses de constante estudio, vigías, noches con olor a cafés y hoy terminaba todo. Hrolf y Billy fueron conducidos a sus correspondientes celdas a la espera de que un minucioso examen médico confirmara un perfecto estado de salud para ambos.
Las plantas de pepinos que habían sufrido las consecuencias materiales del experimento fueron atendidas por biólogos y éstos auguraron que en unas semanas estarían en perfectas condiciones. Y no se equivocaron, al cabo de unas dos semanas las plantas recobraron un estado óptimo y pasado un mes, la producción de pepinos fue tan elevada que tuvieron que regalarlos entre los internos.
El penal de San Roke se encuentra en un pequeño islote cuarenta millas al sur de las Azores, allí el Doctor Roberto Mengele ensaya sobre la población reclusa. Todos los reclusos son voluntarios. Era algo goloso y atractivo entre los presos. Sólo se les exigía no tener delitos sexuales, que no fueran seropositivos,  ni padecer o haber padecido Hepatitis C. A cambio, se rebajarían las condenas y tendrían un patrimonio de seiscientos euros por mes en San Roke.
Hrolf y Billy ocupaban celdas en prisiones diferentes. Hrolf había sido arrestado por robar cobre de una obra y cumplía tres años de condena en Ocaña. Billy era un parado que atracó  con un cuchillo de plástico una tienda de instrumentos musicales para regalar un acordeón en el cumpleaños de su hijo. Tuvo tan mala suerte que viéndose traicionado por los nervios, emprendió una fugaz huida y en ésta empujó a un asustadizo cliente que cayó al suelo dándose con el escalón de la entrada en la cabeza, murió prácticamente en el acto y ahora Billy cumplía doce años de condena en Sevilla II.
Hrolf y Billy, como otros tantos reclusos, decidieron someterse al experimento del Doctor Roberto Mengele, ambos se conocieron en San Roke e hicieron buena amistad.
La base del experimento residía fundamentalmente en el estudio y la naturaleza de la genética aplicada a un acelerador de partículas, definir el espacio-tiempo en humanos, es decir, si cambia el espacio, cambia el tiempo y viceversa. Sería quedarse a un paso de la eterna juventud. Pero eso para Hrolf y Billy era lo de menos, ambos, al igual que el resto de reclusos voluntarios;  ambicionaban una precipitada libertad sin importar el precio a pagar por ello.
Por la mañana, todos los internos —a excepción de los que en ese momento                         estén siendo sometidos a estudio o experimento—, se reúnen en el gran comedor, allí se desayuna café con leche y tostadas con mantequilla, mermelada o aceite. Otros días toca huevos fritos con beicon.
Hrolf y Billy están confusos y son incapaces de articular palabra. Esa misma mañana son  reconocidos por los doctores;
—Lamento decirlo— expuso el Doctor Mengele, — ambos reclusos sufren una demencia precoz e irreversible. Devuélvanselos a sus familias, Instituciones Penitenciarias no puede hacerse cargo de dos vegetales más.
Y esbozando una traicionera sonrisa caminó hacia el comedor, allí elegiría a las siguientes cobayas humanas. Había tantas!!!!


 

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