Amanecer normando (Por Laratagris)
Segunda parte:
Dos
vegetales más. (Por Manu LF)
El Doctor se echó las manos a la cabeza y comunicó a sus
alumnos el fracaso del experimento. Se le notaba cansado, sobretodo
decepcionado y éstos procedieron a ordenar aquel desorden. Habían sido dos
meses de constante estudio, vigías, noches con olor a cafés y hoy terminaba
todo. Hrolf y Billy fueron conducidos a sus correspondientes celdas a la espera
de que un minucioso examen médico confirmara un perfecto estado de salud para
ambos.
Las plantas de pepinos que habían sufrido las
consecuencias materiales del experimento fueron atendidas por biólogos y éstos
auguraron que en unas semanas estarían en perfectas condiciones. Y no se
equivocaron, al cabo de unas dos semanas las plantas recobraron un estado
óptimo y pasado un mes, la producción de pepinos fue tan elevada que tuvieron
que regalarlos entre los internos.
El penal de San Roke se encuentra en un pequeño islote
cuarenta millas al sur de las Azores, allí el Doctor Roberto Mengele ensaya sobre
la población reclusa. Todos los reclusos son voluntarios. Era algo goloso y
atractivo entre los presos. Sólo se les exigía no tener delitos sexuales, que
no fueran seropositivos, ni padecer o
haber padecido Hepatitis C. A cambio, se rebajarían las condenas y tendrían un
patrimonio de seiscientos euros por mes en San Roke.
Hrolf y Billy ocupaban celdas en prisiones diferentes.
Hrolf había sido arrestado por robar cobre de una obra y cumplía tres años de
condena en Ocaña. Billy era un parado que atracó con un cuchillo de plástico una tienda de
instrumentos musicales para regalar un acordeón en el cumpleaños de su hijo.
Tuvo tan mala suerte que viéndose traicionado por los nervios, emprendió una
fugaz huida y en ésta empujó a un asustadizo cliente que cayó al suelo dándose
con el escalón de la entrada en la cabeza, murió prácticamente en el acto y
ahora Billy cumplía doce años de condena en Sevilla II.
Hrolf y Billy, como otros tantos reclusos, decidieron
someterse al experimento del Doctor Roberto Mengele, ambos se conocieron en San
Roke e hicieron buena amistad.
La base del experimento residía fundamentalmente en el
estudio y la naturaleza de la genética aplicada a un acelerador de partículas,
definir el espacio-tiempo en humanos, es decir, si cambia el espacio, cambia el
tiempo y viceversa. Sería quedarse a un paso de la eterna juventud. Pero eso
para Hrolf y Billy era lo de menos, ambos, al igual que el resto de reclusos
voluntarios; ambicionaban una
precipitada libertad sin importar el precio a pagar por ello.
Por la mañana, todos los internos —a excepción de los
que en ese momento
estén siendo sometidos a estudio o experimento—, se reúnen en el gran
comedor, allí se desayuna café con leche y tostadas con mantequilla, mermelada
o aceite. Otros días toca huevos fritos con beicon.
Hrolf y Billy están confusos y son incapaces de
articular palabra. Esa misma mañana son reconocidos
por los doctores;
—Lamento decirlo— expuso el Doctor Mengele, — ambos
reclusos sufren una demencia precoz e irreversible. Devuélvanselos a sus
familias, Instituciones Penitenciarias no puede hacerse cargo de dos vegetales
más.
Y esbozando una traicionera sonrisa caminó hacia el
comedor, allí elegiría a las siguientes cobayas humanas. Había tantas!!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario