Las palabras que no han sido pronunciadas
y han caído en el abandono
recurren a la antonomasia.
Son esquivas,
huidizas,
escurridizas
o se hacen eternas,
como el tiempo
varado en un hospital.
Las palabras que recurren a la antonomasia
han caído en desgracia,
algunas como Van Gogh,
caen suicidadas por
la sociedad.
Fugaces como amores en agosto,
que nunca vuelven
y siempre está ahí,
viajando con el viento,
estelas de nostalgia,
deshaciendo entre
lágrimas
una vacía maleta en el armario
con dos bolas perfumadas
en septiembre.
Magnífico poema que refleja tu maravilloso mundo interior.
ResponderEliminarTe felicito.
Saludos.
Un placer saber de tu paso por mi Blog, Maripaz.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tus palabras. Viajan por Zizur mis saludos de vuelta.
Que tengas un gran fin de semana.