escupen falsas esperanzas sobre un mundo abatido que mientras
se desangra, ve a sus hijos estrangulados por fingidas libertades.
Los censurables gobiernos y evangelios de aristocracia, esos
son.
Cultos alienantes que desembocan en mares de sangre con olor
a petróleo.
Así de indigesto me resulta el mundo.
Para obtusos es un mundo de colores porque ellos no alcanzan a ver la hiel de la tristeza avanzando de
la mano del dólar destruyendo lazos sociales.
Los mercados dan el pistoletazo de salida a cruentas y
desproporcionadas guerras en las que “rebeldes”
embutidos en zapatillas “Nike”-probablemente
cosidas por niños de países asiáticos- son financiados por élites
imperialistas, mientras las matanzas son aceptadas en sofás cual película de Chuck Norris se tratara. Agresiones
predecibles que acaban siendo asumibles, que no justas, por un estrato social
deliberadamente desorientado. Pan y circo, el monstruo televisión.
Los colonizadores avanzan sembrando su opio amansando
rebaños y abriendo puertas a pastores tiranos.
Chocolate para los niños, futbol y tallas.
A callar ordena el tirano.
Así va el rebaño,
... al matadero.
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