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sábado, 24 de marzo de 2012

Bañera, Agua, Mi Cuerpo, Desagüe Y Yo.


 “Un día encontré la moneda que perdisteis,
algunos no os molestasteis ni en buscarla.
Y llevaba una H.”
(Alatz, Jabi, Olaia, Manu, Raúl y Eder. –HIJ@S DE LA “dEMocRaCiA”-)

Tumbado en la marea, me gusta la condición que me proporciona el agua y estas cuatro paredes blancas. Dos palmos de agua, me conformo con tan poco…
Los dedos de mis pies emergen de entre espuma a la superficie tal como lo hacen ratas desde las cloacas más inmundas y cuando los muevo, observarlos haciendo que entre ellos hablen resulta gracioso e incluso creativo. Más arriba asoman mis rodillas formando dos pequeñas islas en las que yo decido la climatología y con los chasquidos de mis dedos puedo hacer que sobre ellas llueva un txirimiri o incluso provocar un verdadero tsunami produciendo que en cuestión de décimas de segundo queden totalmente anegadas. ¡Vaya! me siento dueño de mi propio cuerpo recreándome entre espuma y agua. Subo la vista más arriba y mi vigésimo primer dedo ahí está, se muestra apacible, descansando sobre mi cuerpo y siempre mirando a la izquierda, donde el corazón y las ideas, así que lo dejaré tranquilo en su placidez. 
 Sigo subiendo la vista y la detengo en el abdomen, una cicatriz, ahí están los restos del último reducto que me enlazó físicamente al cuerpo de quien, a través de una fuente de células madre, me dio la vida. Físicamente tan sólo queda una cicatriz, un curioso ónfalo mitológico y psicológicamente mucha ternura. Continuando con mi batida corporal y teniendo mis extremidades superiores en la mira muevo los dedos de ambas manos a la par con la símil intención de tocar un piano que no existe, crear mansas olas es divertido.

Y en mi sesera, las puertas, las dimensiones, los recuerdos, las emociones que comparto con el corazón, las pesadillas y la antesala al insomnio, a la expiración. Puedo abrir el telón del vestíbulo que quiera; el  azul o en el rojo pero mañana cambian de color, de tamaño o textura por eso hoy tocó el violeta, lo abro y aparece la invernal primavera certera y reciente ella que este año entra deslizándose por un hielo en el silencio de los borreguitos, prometiendo deshojar margaritas pero a mi plin, eso ya se lo dejo a los más incautos porque la imbecilidad tiene un límite y yo sin moderación soy más de titadine que de flores. Abro el telón rojo y ya no se si es rojo del todo o teñido, pues hoy estrena color. Ahí habita Leopoldo Maria Panero que tratando de rencontrase con Wendy encuentra el terror sin forma o Alejandra Pizarnik dejándose llevar ésta por su desagüe llamado Seconal y mi Yo que abriendo el desagüe de la bañera tarareo al gran León Chavez; "-Se va la vida, se va al agujero, como la mugre en el lavadero-“pensando en que Virginia Woolf también se dejó llevar por las aguas del río Ouse con los bolsillos llenos de paz.
 
El agua está fría y ya he pensado demasiado para el poco rato que ha durado este baño, se va la mugre exterior, la interior se queda como se quedaron en el camino los demenciales chicos acelerados, ahora creo que escribiré las impresiones de este baño…

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