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lunes, 4 de junio de 2012

Deja Vú.


 
“Una de las veces que nos visitaron
nos trajeron el marco en el que inscribimos
el nombre de AMETSEN BIDEAN
a nuestro barco.
Perplejas ante el obsequio,
les pedimos explicaciones.”
(Garikoitz Zulueta, “Oroimenaren zapore mikatza.”)

Estoy en Le Conquet, sentado en uno de los bancos que emergen de este viejo puerto, esperando que den las nueve para  coger el barco que partió esta mañana a poco más de las ocho desde Brest, un pueblecito costero de esta tierra Bretona. Éste me llevará hasta Eusa, L´ille d´Ouessant, donde he quedado  con, llamémosles  Debeden y Eyuma para recuperar de una vez por todas el estuche que guarda la ansiada Cápsula del Tiempo. Sólo dispongo de dos días, pues según la Luna, para pasado mañana, es decir el domingo,  debo estar en el monte cercano a casa recolectando setas.
Son las ocho y media de la mañana y con el sabor en la boca del café que me he tomado hace media hora, no me canso de contemplar gaviotas o el faro de Kermorvan; blanco y cuadrado que emerge rígido de las resistentes rocas que delimitan las posesiones de la tierra y del mar.
Como estamos en el mes de Junio, solo me soplaron por el viaje 31´90€ que ya es decir, el mes pasado hubieran sido 26€. Si el oleaje no fastidia mucho a los núcleos nerviosos que integran mi órgano del equilibrio pienso en inmortalizar el faro de Pierres Noires del cual me hablaron recientemente  tras impresionarme con una de sus fotografías que hacen su papel en una de las paredes del museo marítimo que visité ayer en Brest.
A estas horas de la mañana,  la marea está baja y la mar tranquila. El barco llegará en unos minutos. Me impresiona ver tanta gente interesada en llegar hasta una isla de poco más de 800 habitantes. La mayoría turistas. Ayer en Brest conocí mucho sobre esa isla y me llamó la atención que antaño el islote estuviera formado en su mayoría por ancianos, mujeres y niños, el motivo era que los hombres se habían enrolado en la marina mercante.
No es que tenga predilección por los faros, pero anoche desde mi soledad en el puerto pude contemplar un horizonte repleto de resplandores de éstos y eso junto con los susurros de las olas, no sé por qué, me relajó muchísimo. Son murmullos del silencio.
Llevo en mi pequeña mochila un libro; “Voluntarios. Semillas de libertad”, un bocadillo vegetal bien envuelto en papel de aluminio, un botellín de agua, la libreta sobre la cual escribo, el boli con el que, sobre ésta, estoy plasmando mis impresiones y alguna muda de ropa interior, nada más. Podía llevar un mp3 o un móvil, pero no es así, solo necesito dos números para llamar y los llevo en mi cabeza con la música que silbo y con la télécarte es suficiente.

VELOCIDAD (No permitas que nada ni nadie controle TU tiempo):

Ya llegué a la isla cogí la Capsula del Tiempo, comí con mis amigos Debeden y Eyuma para posteriormente sobre las 19:00h.regresar en el barco hasta el hostal donde me hospedaba en Le Conquet.
Allí hice algo que me marcaría para siempre. Deseando estar pronto en casa con los míos, usé en primicia e irresponsablemente la Capsula del Tiempo para trasladarme rápidamente 984Kms. hasta casa. Sincronismos, tiempos, momentos y el tiempo se me escurrió entre las manos como la arena de la playa, tantas veces volví a nacer que ya ni me acuerdo.

Unas sacudidas me hicieron estremecer y…me despertó mi madre;

- “¡Venga que es tarde!”-
-“Hoy tienes el examen de matemáticas, no?”-

Miro alrededor; confusión, desorientación, perplejidad, un nudo en la garganta, dudas, preocupación…
Me miro yo mismo; llevo puesto un pijama de superman, esto me suena y un arrebato de frío bloquea mis pensamientos, el espejo me hace cuestionar mi edad, ahora debo de tener nueve años y me siento muy ágil. Deja vu.


-“¡Joder con la capsula del tiempo!”-
-“Al menos seguro que apruebo el examen de mates.”-

5 comentarios:

  1. Me arrodillo :)
    Esto trae una especial armonía, la forma de contar las escenas. Yo, lo veía todo. Apagué la radio para leerlo mejor a mitad más o menos del relato.

    ¿te quedarás en los 9 años?
    Merece la pena sólo para poder volver a llevar el pijama de Superman. Y tener un examen de mates, en vez de resolver los problemas de los "grandes".

    "son murmullos del silencio", si eligiera una descripción, sería algo así.

    Beso

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    Respuestas
    1. Qué grande eres Imilce!
      Como dijo Beñat; "La infancia era el estado poético por excelencia". Así que creo que me quedaré en los 9 años. Pero solo por un milenio más, hasta que aprenda a cortar las tartas de cumpleaños. Luego regresaré a la isla para que los faros me digan dónde y cómo utilizar de nuevo la Cápsula.
      Es lo que tiene poder viajar en el tiempo. ;-))
      Un abrazo!!

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    2. Eso está hecho!! Aún y todo hay que esperar ese pequeño milenio para recuperar la Cápsula..;-)))
      Un abrazo!!

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