es el fuego
que alimenta la vida."
(Pablo Neruda)
te di mi sed.
Colmas tinajas,
risueñas entrañas de amor
marcharon sin aprender.
Y de la vida me iba
y a la vida me aferré
sin saber que tú,
en ésta, ya no estabas.
Porque la distancia
nunca tuvo pies,
tan sólo alas, plumas.
Porque la ferviente soledad
siempre duró cuarenta y tres días
y porque después del coma
nunca se restablecieron
los latidos de mi fortaleza.
…y el columpio
-desde entonces-
permanece vacío.
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