Contad a vuestros hijos.

Contad, contad a vuestros hijos

que España fusilaba a sus poetas.

Contad, contad a vuestros hijos

y enseñadles a que escuchen a las cunetas.

(Para  Mª José Barreiro,  luchadora y amiga.)

Rendición

¿Y los libros?

Humillados besaron  el suelo,

rendidos acabaron a sus pies.

Podía haber sido otro libro, pero me ha coincidido releyendo a Elena Román, una gran escritora, y su obra; "Ciudad girándose".

Huye

Las efímeras farolas iluminaron una transitoria noche;

la noche de los coches huidizos.

No saber.

Hoy no sabía qué encontrar

y me he encontrado a mí mismo.

Aquí.

Y desde aquí la ciudad,

parece mucho más artificial.

 

Mar

Qué solemne ser trébol

                  en un mar de césped.