No nací aire,
ni siquiera rocé con mis dedos
las hojas perecederas de los árboles.
Alfombras de fotosíntesis muertas,
donde se fusionan perfecciones y dudas.
Miro y os pregunto;
¿quién osa pisar descalza tanta belleza?
Si ni soy loba
ni sombra,
ni tengo piel
ni alma
ni nací a tiempo para morir siendo pez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario