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martes, 11 de octubre de 2016

Hoy son daños colaterales



“A la única que puedes llamar puta
es a tu conciencia.”


  Ahora los niños sirios reciben hostias el día de su cumpleaños.
Y del mismo modo los niños de Líbano, de Irak, de Pakistán, de Yemen, de Afganistán, de Libia o Palestina. 
Antes todo era más normal, ahora sueñan en antiguo, anhelan el mañana y sus sueños se convierten en su peor enemigo.
Sí, dejan de utilizar el verbo vivir para morir y convertirse en exclusivos restos para Occidente; cuatro líneas en papel, varios segundos en la tele-mierda.
En fin, no interesan.
Con sus zapatillas desgastadas corren entre escombros sin parar y sin pensar que el tiempo pasa como aquel niño aterrado en el agujero de lo que fue su casa. Y amanece otro día más, que sin mirar al cielo avanzan y caminan y se miran entre horas supremas y daños.
¡Lo han perdido todo!
Manos vacías pasan de la vida a la muerte en lo que tardas en leer esto. Porque esquivan a los guardianes de la destrucción, testigos mudos en fila de a dos, segunda hilera. ¿Qué mundo les ha tocado vivir? A nosotros, la mentira ante la injusticia.
Ahora reciben bombas de fósforo y gas de cloro, denominación de origen Occidental. Y seguirán niños alimentando cementerios indistintamente sea o no su cumpleaños. Y si antes todo era más normal hoy son daños colaterales.
…así diluido, el café os entrará mejor.

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