“Hay suficiente metafísica en no pensar nada.”
Alberto Caeiro.
Dicen que tuvo una flor imposible,
que la venteaba por las plazas y parques de su ciudad.
Le tomaban por loco, recitaba poemas.
Se desdoblaba.
Hablaron también de sus llamativas entradas,
escondidas bajo un sombrero de fedora.
¿Y qué dijeron respecto a sus enormes ojos marrones?
Nada, ese día los escondió tras sus párpados.
¿Y de sus gafas redondas del siglo XIX?
Aquellas las colocaron sobre sus inertes manos muertas.
Y el día en que hilvanando ecos, concluyó
terminó Caeiro y la no filosofía,
Álvaro de Campos su viaje consumó
y setenta más, que cada uno con él, perecieron.
Ilustración: Saulo Silveira "Fernando Pessoa" |
No hay comentarios:
Publicar un comentario