Pages

sábado, 25 de junio de 2022

El lugar se rompió contra el tiempo


Antes y después.


 

Respiramos el aire de la parca,

viendo el color negro de la muerte,

el bosque no quiere morir todavía.

Cuántas sombras

bajo un sol abrasador,

árboles llenos de vacío

abandonados por la vida

deambulo un tenebroso silencio

y hasta los pájaros participan,

macabro ritual de mutismo.

Hoy con ellos

fallecí un poco más.

En este lienzo desolador

¿quién prendió los pinceles?

En mi aflicción lágrimas

riegan el suelo,

y jamás lloverá,

el cielo aun llora;

 cenizas,

olor a tierra quemada.

¿Qué bosque va a recoger ahora mis pisadas?

¿Dónde voy a recogerme cuando

tu tranquilidad yo necesite?

¿En qué madera voy a escribir a mis amigos?

¿Dónde los recordaré ahora que ni vida hay?

Todo negro,

todo humo,

y dolor.

Ya no podré recomendar a nadie

disfrutar de tus senderos.

Tu paz,

tus vistas,

tus verdes pinos

¿dónde están?

Entre la belleza silvestre de las fresas en flor;

aromas a romero y tomillo.

Y en tu mansedumbre,

ay!,montaña,

imaginar tumbado

y que el tiempo nunca pasaba

… sin ella a mi lado.

jueves, 16 de junio de 2022

Pensé

Documento identificativo de Miguel Hernández

 

“Sol a sol y luna a luna

pesan sobre nuestros huesos”.

Miguel Hernández. 1910-1942

 

 


Había comprado

un puñado de ellos.

Era un sábado de esos tontos

un sábado de febrero.

Dicen que en febrero

no hay lirios,

quizá,

pero yo compré

un puñado de ellos.

 

Los primeros,

dijo la dependienta

y nos despedimos

con un beso.

Fuimos juntos

al colegio.

En el teatro

ella hizo de

Doña Pito Piturra

y yo suspendí.

 

Para ser sábado

la mar estaba brava,

las palomas del parque

comían de la mano

del anciano.

El parquin estaba vacío

y yo andando llegué,

con un puñado

(de)lirios en la mano

y pensando en Miguel.

Cuando entré

ya no olía a mar

sino a ciprés.

 

Y allí le busqué

y allí le encontré.

En el mismo sitio

que lo dejaron

cuando partió.

Y envuelto por la paz del lugar

me puse a hablar

y ni recuerdo qué le conté.

Allí deje un puñado (de)lirios y,

 con mis ganas de oler el mar,

qué triste me marché.

 

Cambié el olor

de aquellos alargados árboles,

pero a mi tristeza conmigo arrastré.

Y en el límite entre el mar

y la tierra,

allí sentado me quedé.

 

Estar tanto tiempo

rodeado de muertos

quizá me sienta mal,

(pensé).

martes, 14 de junio de 2022

Lleno

Fotografía; Sarolta Ban

 

“(…) el vacío pasa entonces por una falta de algo que llene los espacios huecos y los intersticios. Sin embargo, el vacío está presumiblemente hermanado con el carácter peculiar del lugar (…)”.

Martin Heidegger, 1889-1976

 

 

La gente abre su corazón

como quien abre una puerta,

y así no puede ser.

Hay cosas que no caben en él;

los balones de playa,

las bicicletas,

o el viejo trineo roto.

 

La gente abre su corazón

como quien abre o cierra los ojos

y deja penetrar

onomatopeyas,

palabras muertas,

noticias quejumbrosas

o canciones que no les gustan.

 

La gente, la gente corriente

la gente y sus corazones,

sus corazones

y sus vacíos silenciosos.

 

Las puertas, las puertas blancas

las puertas y sus bisagras,

sus bisagras

y sus sonidos perennes.

 

(La gente prostituye

sus corazones

y sus puertas).

 

¡Silencio!